sábado, 6 de febrero de 2010

REACCIONES INTELIGENTES

Un día, el burro de un aldeano se cayó a un pozo. El pobre animal estuvo rebuznando con amargura durante horas, mientras su dueño buscaba inútilmente una solución. Pasaron un par de días, y al final, desesperado el hombre al no encontrar remedio para aquella desgracia, pensó que, como el pozo estaba casi seco, y el burro era ya muy viejo, realmente no valía la pena sacarlo, sino que era mejor enterrarlo allí. Pidió a unos vecinos que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a echar tierra al pozo, en medio de una gran desolación. El burro advirtió enseguida lo que estaba pasando y rebuznó entonces con mayor amargura.

Al cabo de un rato, dejaron de escucharse sus lastimeros quejidos. Los labriegos pensaron que el pobre burro debía de estar ya asfixiado y cubierto de tierra. Entonces, el dueño se asomó al pozo, con una mirada triste y temerosa, y vio algo que le dejó asombrado. Con cada palada, el burro hacía algo muy inteligente: se sacudía la tierra y pisaba sobre ella. Había subido ya más de dos metros y estaba bastante arriba. Lo hacía todo en completo silencio y absorto en su tarea. Los labriegos se llenaron de ánimo y siguieron echando tierra, hasta que el burro llegó a la superficie, dio un salto y salió trotando pacíficamente.

Llevar una vida difícil, o tener contratiempos más o menos serios, es algo que a cualquiera puede suceder. La vida, a veces, parece que nos aprisiona como en el fondo de un pozo, y que incluso nos echa tierra encima. Ante eso, hay modos de reaccionar inteligentes, como el de aquel burro, que de lo que parecía su condena supo hacer su tabla de salvación; y otros estilos que son más bien lo contrario, propios de personas que no saben sacar partido a sus propios recursos y que, en cambio, dominan lo que podría llamarse el arte de amargarse la vida.

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viernes, 5 de febrero de 2010

Jubilación

Se sigue la lucha:
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FRASES CELEBRES

EL ABURRIMIENTO

» Mientras seas capaz de pensar, en tu vida no puede haber aburrimiento

Maite en Córdoba





LA MEZQUITA CATEDRAL DE CÓRDOBA






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PENSAMIENTO

Pensamiento


"La persona que cambia puede equivocarse,
pero la que no cambia nunca, vive equivocada"

miércoles, 3 de febrero de 2010

LA MÚSICA

«La Iglesia debe ser una gran orquesta»

INMACULADA SARACHAGA

Acaba de recibir el premio «¡Bravo!» de Música que otorga la CEE

Inmaculada Sarachaga es frágil por fuera y recia por dentro, como la música de Mozart. No pierde la sonrisa en ningún momento y asegura estar «abrumada» por un premio que va más allá de lo estrictamente musical.

– ¿Qué supone este galardón para usted?
– Es más que un premio profesional. Es una emoción difícil de traducir, porque atañe al corazón, une lo personal y lo profesional. Me abruma. Siempre me he comportado bajo los cánones de educación que he recibido y de los que me siento muy orgullosa. Y cuando uno sigue las leyes de su corazón, intenta ser coherente consigo mismo y lo ve reconocido en un premio que une la religión y la música, no puede menos que sentir algo muy especial.
– ¿Cómo se puede dar testimonio de fe en una profesión como la suya?
– El mundo de la música no es fácil, pero ningún trabajo lo es. A través de la música se pueden transmitir valores comunes a la religión: es un lenguaje de unidad, de amor, de pacificación. La religión y la música se dan la mano, nos llevan al sentimiento, que es lo que nos moviliza, aunque la razón nos guíe. La música es la herramienta para transmitir lo mejor de nosotros mismos; nos hace pensar en lo que somos y dar gracias por lo que tenemos, nos hace replantearnos los modelos de felicidad. Cuando entramos en la belleza de las grandes sinfonías, nuestra sociedad, que es cuantitativa, hedonista y egocéntrica, descubre la grandeza de esas grandes obras y la fragilidad y provisionalidad de todo lo humano. En la orquesta yo planteo un absoluto mundo de colaboración. El director ha de tener un liderazgo moral, establecer puentes afectivos con los músicos, más que profesionales. ¡Es arte, parte de la generosidad!
– ¿Qué obras o autores le acercan más a Dios?
Bach es el más grande, cualquiera de sus obras es impresionante. Es la esencia, el pilar de cualquiera que estudie música. Pero Mozart impacta por su visión tan cristalina, inocente, sus acordes tan puros, tanta armonía en sus ataques exquisitos, que hablan de lo celestial, de lo espiritual. Y me apasionan los románticos. Rachmaninoff me vuelve loca. Mendelssohn, Beethoven... En sus obras siempre descubres algo nuevo, porque te estás leyendo a ti mismo. Esa es la magia del clásico.
– ¿Y por qué a los españoles nos da tanta vergüenza cantar en misa?
– Vaya... quizá es porque no tenemos una cultura clásica, coral, como en los países centroeuropeos. Ni grandes autores de música sacra entregados a la composición para el canto, cuando allá ha sido durante siglos, la razón de existir de muchos compositores. En España tenemos una riquísima tradición popular, pero la música clásica no ha impregnado tanto nuestras vidas, nuestra cultura, como en otros países.
– El libro de los Salmos acaba con el número 150 que enumera todos los instrumentos y al final, dos veces, la percusión. ¿Tiene lógica para una directora de orquesta?
– Sí. La percusión es siempre el remate final, la gran expresión de gloria, de liberación, de alegría, sinónimo de celebración, de triunfo. Y eso el autor del salmo lo intuía.
– ¿Se parece la Iglesia a una orquesta?
– ¡Debe ser una orquesta! En ella, todos deben reconocer los intereses propios, la bonhomía, la generosidad, el compromiso.

Sin miedo a mostrar su fe
Shara (Álava, 1972) es una de las más reconocidas directoras de orquesta. La Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal acaba de concederle el premio ¡Bravo! de música «por su brillante carrera, que la ha llevado a dirigir las más prestigiosas orquestas del mundo y a actuar ante el Papa haciendo, en medio del complejo mundo artístico, confesión pública de su fe, para afirmar que todo lo que hace no es mérito suyo, sino don de Dios».

LA MÚSICA

«La Iglesia debe ser una gran orquesta»

2 Febrero 10 - Madrid - P. Ginés / M. Velasco

Acaba de recibir el premio «¡Bravo!» de Música que otorga la CEE

Inmaculada Sarachaga es frágil por fuera y recia por dentro, como la música de Mozart. No pierde la sonrisa en ningún momento y asegura estar «abrumada» por un premio que va más allá de lo estrictamente musical.

– ¿Qué supone este galardón para usted?
– Es más que un premio profesional. Es una emoción difícil de traducir, porque atañe al corazón, une lo personal y lo profesional. Me abruma. Siempre me he comportado bajo los cánones de educación que he recibido y de los que me siento muy orgullosa. Y cuando uno sigue las leyes de su corazón, intenta ser coherente consigo mismo y lo ve reconocido en un premio que une la religión y la música, no puede menos que sentir algo muy especial.
– ¿Cómo se puede dar testimonio de fe en una profesión como la suya?
– El mundo de la música no es fácil, pero ningún trabajo lo es. A través de la música se pueden transmitir valores comunes a la religión: es un lenguaje de unidad, de amor, de pacificación. La religión y la música se dan la mano, nos llevan al sentimiento, que es lo que nos moviliza, aunque la razón nos guíe. La música es la herramienta para transmitir lo mejor de nosotros mismos; nos hace pensar en lo que somos y dar gracias por lo que tenemos, nos hace replantearnos los modelos de felicidad. Cuando entramos en la belleza de las grandes sinfonías, nuestra sociedad, que es cuantitativa, hedonista y egocéntrica, descubre la grandeza de esas grandes obras y la fragilidad y provisionalidad de todo lo humano. En la orquesta yo planteo un absoluto mundo de colaboración. El director ha de tener un liderazgo moral, establecer puentes afectivos con los músicos, más que profesionales. ¡Es arte, parte de la generosidad!
– ¿Qué obras o autores le acercan más a Dios?
– Bach es el más grande, cualquiera de sus obras es impresionante. Es la esencia, el pilar de cualquiera que estudie música. Pero Mozart impacta por su visión tan cristalina, inocente, sus acordes tan puros, tanta armonía en sus ataques exquisitos, que hablan de lo celestial, de lo espiritual. Y me apasionan los románticos. Rachmaninoff me vuelve loca. Mendelssohn, Beethoven... En sus obras siempre descubres algo nuevo, porque te estás leyendo a ti mismo. Esa es la magia del clásico.
– ¿Y por qué a los españoles nos da tanta vergüenza cantar en misa?
– Vaya... quizá es porque no tenemos una cultura clásica, coral, como en los países centroeuropeos. Ni grandes autores de música sacra entregados a la composición para el canto, cuando allá ha sido durante siglos, la razón de existir de muchos compositores. En España tenemos una riquísima tradición popular, pero la música clásica no ha impregnado tanto nuestras vidas, nuestra cultura, como en otros países.
– El libro de los Salmos acaba con el número 150 que enumera todos los instrumentos y al final, dos veces, la percusión. ¿Tiene lógica para una directora de orquesta?
– Sí. La percusión es siempre el remate final, la gran expresión de gloria, de liberación, de alegría, sinónimo de celebración, de triunfo. Y eso el autor del salmo lo intuía.
– ¿Se parece la Iglesia a una orquesta?
– ¡Debe ser una orquesta! En ella, todos deben reconocer los intereses propios, la bonhomía, la generosidad, el compromiso.

Sin miedo a mostrar su fe
Shara (Álava, 1972) es una de las más reconocidas directoras de orquesta. La Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal acaba de concederle el premio ¡Bravo! de música «por su brillante carrera, que la ha llevado a dirigir las más prestigiosas orquestas del mundo y a actuar ante el Papa haciendo, en medio del complejo mundo artístico, confesión pública de su fe, para afirmar que todo lo que hace no es mérito suyo, sino don de Dios».

lunes, 1 de febrero de 2010

LA AVARICIA

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Muchas veces el ser humano busca tener mas de lo que necesita, debido a eso nuestro planeta no está dando abasto pues la avaricia del hombre es mayor que la producción del planeta. Cristo mismo nos enseñó a decir "danos hoy el pan de cada día" no el de todo el año. Obviamente no es un llamado a vivir sin que nos importe nada, sino a vivir el hoy, tomando lo que necesitamos y expresando nuestro cariño a quienes tenemos cerca.

domingo, 31 de enero de 2010

Nuevas noticias de Haití

No eran huérfanos. La mayoría de los niños que un grupo estadounidense intentaba sacar de Haití el pasado viernes por la noche tiene familia, según ha dicho la organización que se ha hecho cargo de los pequeños tras el suceso. ...

NO SUFRAS

No sufras

Sufrir es inevitable
Porque tengo corazón.

No me pidas
que no sufra,
Entonces no sabría nada
del Amor.

Acompáñame
en mí sufrir…
Eso sí.

Pero…
No me pidas
que no sufra,

Tengo corazón.